Varias señales advierten de que la velocidad máxima permitida en la A-4 comienza a descender: 100, 80, 60, 40… así hasta llegar a un paso estrecho, entre conos de color naranja, donde un guardia uniformado, acompañado de otro armado, pregunta a los ocupantes del vehículo por su lugar de destino. Que la marcha prosiga o que se les solicite girar a la derecha para ser registrados depende solo de que el seleccionador vislumbre una duda, sospeche de un gesto o crea que se cumple un determinado perfil.
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(Fotos: Rueda Villaverde)