«Déjenme que le lleve un carro de leña a mis sobrinos, para que no pasen frío». Fueron las últimas palabras que pronunció Juan Alcalde cuando fue detenido el 20 de mayo de 1939, con 31 años, en Navacerrada, una pedanía de Almodóvar del Campo. Le acusaron de «adhesión a la rebelión» y cinco meses después, en octubre, fue sometido a un consejo de guerra y condenado. Partió el 27 de febrero de
1941 y tardó casi diez días en llegar a su destino, la prisión de Valdenoceda, en Burgos, lo más parecido a un campo de exterminio, según
cuentan sus supervivientes. Juan Alcalde no fue uno de ellos. Murió de colitis epidémica apenas un mes después, el 10 de abril. En realidad, como otros 150 hombres, había sobrevivido a una guerra civil para morir de hambre y frío a 500 kilómetros de su familia.
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(Fotos: Pablo Lorente)